Se quiebra la tarde,
se cae la hoja del tallo,
se calla el aire,
y el humo se pierde.
Se arruga más un corazón.
Se enmudece un -te amo-,
queriendo atravesar el pecho,
se apagan las ganas,
que buscan rasguñar
la pintura de tu techo.
Se bordan mentira tras mentira,
y se asoman las dudas cada domingo,
la pregunta se tiende en el espacio,
esperando ser respondida,
y una boca mira hacia donde estás,
anhelando ser reclamada.