Usted no lo sabe
pero yo la llevo cruzada
entre sueños, fantasías y recuerdos.
La llevo ahí,
donde todos los afectos se depositan
y se almacenan en el tiempo.
A usted la llevo un rincón del alma
donde nada lucha ni se resiste.
Pero ¿a quien dan pan que no lo acepte?
quien hallándola en su vida no ha de abrirle puerta
¡Nadie!, sencilla respuesta, nadie.
Pero eso usted no lo sabe.
Usted sabe
que mis ojos, si la miran,
se ahogan en belleza,
que el corazón
se convierte en hoguera
de pasión y de lujuria.
Pero usted no sabe
que quiero verla floreciendo,
y besarla al llegar la primavera.
que quiero hablarle de usted al mundo,
como la mayor de las fortunas.
No lo sabe…
pero no es que usted haya sido ingenua,
es que yo he sido demasiado reservado.