\"El ocaso rojizo, violeta, la noche llega
Tempestades invernales, sacuden mi juicio
Sus vientos, impiden que escuche mi voz
Tanto frío, y nada con que abrigarme
Cuándo se va la luz en el horizonte, ella aparece
Estoica, cautiva, seductora y fluctuante
Es brillo para mi ojo exiguo de calidez
Luz de noche, reflejo de espíritu atormentado
Quien busca alivio pregonando libertad
Cuándo no es libre de él, y él es su condena
Y ahí está ella, soberbia, misteriosa y peligrosa
Amenazando convertirse en mi delirio
En su rostro veo una angustia semejante
A la que exhalo en humaredas en desvelos
Comprendo ese semblante, comprendo esa sonrisa
Conozco el sufrimiento, la soledad y el olvido
Si, cada noche se presentan ante mí
Reflejados como luz de noche, cautivante.
Soy un ser fiel a su luna.
Pero en tu mirada ¡Vaya que tu mirada es luz de noche!
Ese mismo brillo que serena mis tormentas
Que dilata mis pupilas y las contrae a voluntad.
Representas la sombra que aún no asimilo
Eres, mi luna en la tierra
Eres, la luz de mi noche\".