Un breve sorbo,
un desliz,
unos labios de agua, azules,
un movimiento,
unas manos,
un baile,
unos pies torpes y unos ojos con motas de luz.
La palma contra la palma,
en la puerta algo llamando;
un grito,
un silencio,
una boca candente,
un sabor...
y vuelta a empezar.
Un sólo sorbo,
y mi vida se vuelve a perder
entre otras manos.