¡Fue un aporre innoble!
Una noche llena de arbitrariedades,
yo que no estaba acostumbrada a eso
salí de ese aposento - con la mirada
nublada y el cuerpo en migajas.
Vendó mis ojos, me tomo por los codos,
con sus manos presionaba mis hombros hacia el suelo,
me arrodillo sin yo quererlo, no me quedo más que obedecerlo,
ya que si no cumplía, me disciplinaba con una correa de cuero.
Estaba todo fusco y yo, con la mirada vendada,
de pronto me preguntó el señor
- ¿te hago el amor o te dejo en pedazos?
Yo bisoña e inexperta, con la piel escamosa,
con años sin saber ¡a qué sabe una boca!
Con oídos sordos, viviendo en jaulas de cristales,
añorando que un día - alguien viniese a liberarme,
le he contestado con gran altanería, sin saber a lo que me exponía
“que si sabía lo que hacía, pues acabar conmigo lo retaba”.
Mi contesta pareciera traer paz a su alma
pues tan solo me miro, sonrió con una nefasta mirada
y solo contesto “!bueno señorita, pues que no se diga más nada!”.
No fue una pelea justa, aquel amante de gozo casi me mata.
No permitió que me vengara o que participara, en esa obra maestra..,
él era el actor, el director y yo una simple línea dentro de su drama.
Yo con los labios sujetos a mi espalda,
con miedo y excitación entre las piernas,
queriendo aguantar mi castigo como si fuese una experta,
sin voto y sin poder hacer nada, alzada entre maullidos que a él
mas lo excitaban. Mis ojos queriendo salirse de mi cuerpo,
solo quedaba apretar los dientes en la sábana ya arrugada,
maullando como loba, rezando como si creyese,
pensando en aquella jaula donde soñé tantas veces
…. con que alguien me liberara.
LeydisProse
2/5/2019
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