Estoy enamorado,
No sé si me he equivocado,
Al paso que voy no voy mal encaminado,
Estoy travieso y abrumado,
Creo que me gustas demasiado,
Algo me dice que no puedo continuar la historia,
¿Entonces no puedo oprimir el botón?
¿El botón de la felicidad masculina y femenina?
¿Quién ha dicho nada de volver a empezar?
Retomaré la historia por donde quedó guardada,
Volveré a las andadas,
Te haré mía de aquí a la noche,
En mi casa no existen los reproches,
Por lo que si te invito;
Deja a un lado tus observaciones,
Dedícate a cumplir tu función,
Dedícate a cumplir tu función,
Deja a un lado tu meditación y pasemos a la acción,
Préstame atención:
De los pies a la cabeza, armando con endereza las piezas del rompecabezas,
Arroyando el plato al suelo;
Diciendo sin consuelo:
¡Hay amor! ¡Hay amor!
Arañando tu espalda,
¡Con firmeza!
y
Sin piedad o consuelo atravesando las fronteras de tu cielo con certeza me encuentro de que mía serás,
tarde o temprano caerás en mi tela de araña,
en el vacio olor que mis labios producen mientras te engañas a ti misma pensando en que no vas a volver;
a los brazos de un hombre que solo te quería mecer y convertirte en su mujer.