¡Vaya que hay cosas bonitas!
Lo bonito del amor, se esconde en los labios de un par de enamorados que se besan con el alma, tan suave como si no quisieran que sus labios se lastimaran y tan despacio, como si intentaran que el tiempo se frenara. ¡Vaya cosa más bonita! Quien besa con amor, trasmite mucho más que quien solo lo hace por el calor del momento.
Lo bonito del amor, amar sin medida… Como ese par de enamorados que están dispuestos a cometer las locuras necesarias para expresar cuanto se quieren. No prestan atención a esas personas que nunca han enloquecido por un amor, solo piensan en ellos como si fueran los únicos que vivieran en este inmenso mundo, que se vuelve chico cuando se halla al amor. ¡Vaya cosa más loca! Verlos en acción es casi poético, ya que se muestran puros.
Lo bonito del amor, y este escritor que escribe para su inspiración. Esa multifacética persona que hace de lo corriente una hermosa obra de arte, sencilla, que vive y sonríe, abarcándolo todo con su presencia, que puede pasar desapercibida por quien no ha aprendido a mirar. ¡Vaya que dicha! La que inspiran a estas letras en querer salir de la cueva, solo para llegar a ser leídas por sus pupilas que brillan cuando entiende que por aquí ella es siempre amada.
¡Vaya cosa bonita!
Tú que lees esto, ajena a las locuras de quien escribe, pero te sientes atraída y te adentras en sus letras y las sientes como si de vivir se tratara esta vida, cuando hay quienes ni la viven. Tú también haces del amor algo mucho mayor a lo que nos muestran en la televisión, lo haces autentico y lo vives con fervor. ¡Vaya placer! El saber que alguien tan grande como tú me lee, agradezco el tiempo que me dedicas y el amor que me brindas, eres la mezcla ideal para quien escribe, saber que ha hallado a quien lee de igual forma, con el alma.
Me despedido diciendo, que el amor trae tantas cosas bonitas, que terminan opacando a aquellas que lo intentan dañar, que tratan de hacer que su esencia sea alterada, pero a nosotros no nos pasará nunca eso, porque hemos aprendido a amar como es debido, con el corazón enamorado del amor.