En el cielo flota una estela de miedo,
las calles manchadas de rojo carmín,
memorias inconclusas quedan en recuerdo,
múltiples protestas que no tienen fin.
Un ramo de sonrisas truncadas,
una vida en el que no existe mañana,
un río de promesas desbordadas,
un cúmulo de heridas que nunca sanan.
No existe justificante para mancillar un cuerpo,
sea por su pensamiento o su deseo de libertad,
su tipo de ropa o su propia sensualidad,
no podemos cerrar los ojos ante tanta brutalidad.
Mujer tienes derecho a recorrer tu propio camino,
y que no exista en tu alma una nube negra que extermine tu destino,
sumemos nuestra voz para clamar justicia,
y brindemos apoyo entrelazando las manos como una caricia.
Es hora de alzar la voz y vivir sin miedo!