Si no fuera por ella (a la que tanto amas) me desnudaría a tu antojo, abriría mi corola entre tus manos, si no fuera por ella frotaría mi calor contra tu vela encendida, buscando el delirio y ese éxtasis que ilumina mi ser y me transporta al infinito, si no fuera por ella no importaría que no cumplieras con lo único que te pedí para tenerme… y que ya no recuerdas. Hoy gracias a ella sé que todo acabó, que murió tu amor o tu necesidad de mí, aunque no tu deseo. Ahora me iré a mediar la lucha entre ella y mi cuerpo. Ella lo lleva atado de las manos, vendado de los ojos y cubierto de los pies a la cabeza, tal vez es un secuestro, hasta que mi cuerpo se acostumbre a no temblar con tu voz, con tu mirada, con tus suspiros, ya no es bueno patalear, siempre gana la inteligencia.