Cuando las señales -¡por fin!- se marcaron
Como tus dientes en mi carne,
Dibujé los pentagramas y saludé
A mis deidades innombrebles
Que se apiñaban en tu espalda.
Trémula corriente / Barcaza suplicante
Tus músculos se tensaron como una ascensión
Ante la imprevista resolución de mi saliva
Te enervaste / Te enhebraste
A las costas de mis huesos
Inclemente y súbito
Procreador de imposibles
Gimió mi sangre tus pasos / Tu alérgico orgasmo
De pura luz inyectándose en la noche
Renovando los votos sagrados.
Mas, arrancado de mí como una piel muerta / Aún
Conservas
Las tenues huellas,
La memoria mentirosa del tacto,
Las puntas de pie del éxtasis,
Una desesperación de cosquillas,
Mi querer quererte y no ver
Ni la hora
Porque el tiempo empieza a medirse
En pensarte o no pensarte.
Lo incoherente / sea buscar
Besarte más allá de tu máscara,
Sostener la duda como un Damocles cualquiera,
Celoso de su beatífica espada.
Lo impensable / podrías ser vos
Saliendo a mi encuentro
Desde un arrebato de colores,
De la sorpresa oculta en un eclipse,
De una lumbre un poco más tenue, que nos invite
A guardarnos como secretos
En el cuerpo del otro.