Acabado el concierto,
acabados los aplausos,
acabados.
Crónica de una muerte anunciada,
apelativo para todo,
para todos.
Cese de lo que estaba ocurriendo,
ahí es donde está el encantamiento,
la finitud de lo vivo,
la finitud de lo inerte,
la finitud de la acción,
el erotismo está en ello,
en ser conscientes de que va a acabar.
En saber que la cerilla se va a apagar
y admirarla durante unos segundos
amarla durante unos segundos
y luego apagarla.
Ver la ola,
admirarla,
amarla
y dejarla.
Ser incapaz de concebir la finitud del universo,
ser incapaz de concebir la finitud de la tierra,
darlo por sentado.
Olvidar el inicio del tiempo.
Pero tener en mente lo corto que es todo,
lo largo que es lograr los cosas
y lo poco que duran:
esos segundos, esas horas, esos días, esa vida.