Preso
-¿de qué?
-de lo que quiero,
de tu deseo.
-¿pués entonces?
-nada más quiero ser;
caricia, para tu piel
sudor sobre tus cabellos.
Y tocarte....
-¿y te duele?
-me sabe a gloria
como me saben los nenúfares
regalados, cuando te tengo.
-sepas.
Soy tuya!
queriendolo ser,
mi querer no magulla,
atrapalo.
Teniendo presente,
que quien a mi me tiene,
con las manos abiertas;
me poseé,
y jamas perdera las hojas
del árbol que es.