Era su mirada su universo y su piel su mapa, hasta que un día ella se atrevió a decirle que lo quería y él después de mirarla un rato le contestó, sin expresión alguna en su rostro :
-Entonces ponete las pilas-
En ese momento el podio en donde lo tenía comenzó a derrumbarse, su corazón comenzó a edificar su muro y a partir de ahí cada vez lo sentía más lejos, acercando así el final del capítulo.