Con brisas del otoño, de pronto me vinieron
recuerdos de pasiones, que tanta luz me dieron.
Con ellas como musas, compuse muchos versos
bordados con estrellas de hermosos universos,
sus tonos bien pulidos, flamantes y diversos,
claveles parecían, con pétalos dispersos.
Sus letras encendidas llevaban la dulzura
de liras celestiales con regia partitura.
¡Mas todos los ensueños su luz desvanecieron
y quedaron marchitos los estambres tan tersos
que mi vida llenaron con divina locura.
Autor: Anibal Rodríguez.