Hoy más que nunca necesito tus brazos. Perderme en el aroma de tu piel, embriagarme con el sonido de tu voz mientras me acaricias con ternura.
Acurrucarme en tu vientre y sentirme protegido. Olvidarme de todo, hasta de la misma existencia.
Duele vivir sobre todo cuando los dientes afilados y enconados de la desilusión, del fracaso, de la decepción, sin compasión alguna, muerden tu ánima ingenua, inocente, amante.
Te busco a tientas y no te encuentro ¿Dónde te has escondido? ¿En que lejanos parajes te has perdido?
Ven a mí aunque sea en sueños, deja tu presencia en mi maltratada esencia, solo eso te pido, solo eso me basta, solo eso y basta.