Armando Cano

Lentamente y sin mucha prisa.

 

Lentamente y sin mucha prisa
te veo intentando a mi lado volver,
querer reconciliarte, olvidar lo pasado,
borrar las ofensas y dar marcha atrás.
Te sé temblorosa y al mirar mis ojos
te tornas sumisa, callada, queriéndome hablar.
Me tiemblan los labios, las manos, la risa se me va;
me estoy desarmando al verte pasar.
La alegría está ausente hoy de tus mañanas,
la voz nos traiciona, se niega a suplicar.
Somos dos cobardes fingiéndonos fuertes,
se nota en nuestros cuerpos la necesidad de amor  
y nuestra mucha cobardía nos impide actuar.
No nos dimos la oportunidad de la duda,
nos volvimos insensibles a la realidad.
Te he estado esperando, para que regreses,
en esta suave playa,
en este bello puerto, en este tibio mar.
El arrepentimiento llego a nuestros sueños
después de tantas noches de insomnio,
tantos días nublados, tantas campanas rotas;
tantos llantos reprimidos, tantas otras cosas,
…después de tanta y tanta soledad.


© Armando Cano.