¡Arriba, juventud de juventudes!
Llegó el momento de tomar conciencia,
para siempre dejar la indiferencia
y exigirle al deber que nos ayude.
Impedirle al ignaro que se escude
tras el fuero de tanta complacencia,
es combatir la desastrosa inercia
que a la disculpa y al engaño alude.
Llegó el momento juventud inquieta
de hacer algo por esta tierra indiana,
y no ser en el mundo cual veleta
que gira y gira en su existencia vana
con los vientos contrarios del planeta
al vaivén de siniestra caravana.