Déjame que te hable en la soledad de tu silencio.
Que te diga las palabras más temidas que tus
oídos quieran oír.
Que lo que he perdido y necesitado,
aun lo sigo extrañando.
Que te acurruque en mis brazos
definiendo la debilidad de tu pasión.
Que muchas veces la soledad me invade,
alrededor de todo esto no veo a nadie.
Sin querer se apodera de mi esta maldita
soledad que no deseo.
Déjame tal vez por un momento lo que tanto
busco y no encuentro.
Mientras lo tengo tan cerca y no lo veo...
Déjame, tan solo ser tuya por siempre…