En tu ventana, mi niña
hay flores, cardos y sol,
las flores, tu las pusiste,
los cardos, los puse yo
y sus espinas de fuego
rasgaron tu corazón,
te vaciaron los ojos
y desgarraron tu flor.
Hoy hago guardia en tu puerta
para pedirte perdón ,
solo el silencio contesta
los ecos de mi clamor.
Las flores están marchitas
los cardos, llenos de flor
y en tu cancela se extiende
la hiedra del desamor
Mañana bajaré al río
que bautizó nuestro amor,
me bañaré en sus espumas,
vomitaré mi dolor,
y soltaré aquella barca
en que yacimos tu y yo
pa que sus aguas la arrastren
al negro mar del adiós
donde zozobra tu alma
por culpa de mi traición.