Hoy me desperté queriéndote
Con el pecho hinchado,
Repleto de felicidad, dichoso
Y los labios cansados
De tanto sonreír en sueños.
Y no sé qué mosco picó mi vida
O qué lucero alumbró el camino
No sé qué estrella, o de dónde vino,
Pero sentí tranquilidad.
Y el regocijo,
Ínfimo si se compara con mi amor,
De sentirte en mí,
De sentirte, aún sin sentido,
Ser amado, amado mío,
Estás en mí.
Y cómo ansío
A tus labios danzar con brío
Junto a los míos
Que están aquí, humedecidos
y entre abiertos
Como esperando un manifiesto
De tu presencia, que quita el frío
Y qué yo ansío
Y espero en mí.
Yo nunca fui muy osada,
Nunca, entre la gente,
Me destaqué por ser valiente
Ni por saber a dónde ir
Hoy, sin embargo, me siento fuerte
Por el sentir de estar queriéndote
Y me quieras también a mí
Y del perder, mi siempre amigo,
Hoy me despido
Porque lo único que aquí he perdido
Es mi miedo a proseguir
Hoy sigo firme, estoy contigo
Y he encontrado ya el sentido
Y el camino al que seguir
Y el licor...
Aquél licor que está en tus labios,
Y ahora en los míos
Dejó mi rostro entumecido
Y queriendo aún más
Pues eres droga,
La adicción de mis sentidos,
Mi placer mejor vivido,
El remedio a mi ansiedad
Sé que cupido
Qué te ha flechado al pecho mío
Se ha arrepentido
Y quiere ahora mi lugar,
Pero he vencido,
Yo quiero estar contigo,
No quiero más
Pues hoy me desperté queriéndote,
Y seguí queriéndote todo el día,
Y anocheció y aún te quería
Y mañana, un poquito más