Ayer no llovía,
luego llovió,
pero nadie, nadie
adivinaba que tras gota gorda,
tras sudor ardiente en la frente:
un deseo, un azar intenso.
Agua cae, firmamento de pluma,
levedad que no sostiene ni un fantasma.
Así nube, así así humo, así garganta.
Así sed, lengua que se me arrastra en un error.
Así alondra mensajera de la silueta del sol.
La primera lluvia… bien la recuerdo,
recuerdo de una palabra ardiente,
de un verso-creador.
Y la gota hermana que suspira
la primera lluvia, añoranza de alimento
en hambruna cadavérica:
y me dicen entonces que ayer no llovía.
─\"Se te fue el granizo al cerebro\".
Yo recuerdo charco a charco,
y silueta de espejo charco en el horizonte,
recuerdo todo como si fuera ayer…
porque ayer no llovía, y sigue sin llover,
o eso dicen, o eso invento, o eso sueño,
porque ayer no llovía,
y luego, yo-no-vio.