TRINIDAD PINAZO

BRENDA

 

Cuando tú y yo estemos muertas
y no nos recuerde esta tierra,
cuando ya hayan fenecido
los hijos que aún no sospechas,
si es que seguimos naciendo
y habitando esferas,
yo no quiero que no sepan,
que naufrague en el olvido
de conciencias venideras,
lo que ahora ha sucedido,
lo que le ocurre a tu pueblo,
culpable de haber nacido
en ubérrimo edén bajo el cielo,
culpable de ostentar riqueza,
de suscitar indecencia,
de amamantar tiranos atrapados por tiranos,
de reventar del hambre,
de morir abandonados
o escapar
a otro inhóspito mundo que desprecia lo lejano,
exilio sin piedad,
rota la identidad,
frente a la cruel mezquindad del implacable humano.