En cada gota de vida que surca el todo o nada
hay un gemido de ausencia recostado en el olvido.
Rodando a cuesta por ansias que se pierden
por los atrios de la pena y del castigo.
Suspiro eterno...un soplo que se agota
en la paradoja sutil de la existencia.
Alas doradas que el tiempo borra
en el vuelo pueril de la existencia.
Si tan solo una pena soportara el llanto
de crueles tempestades desmedidas,
el paso de la historia despertara
en el filo virginal de muerte en vida.
Gota a gota el rocío se disuelve
en la marcha por destinos afligidos,
y un sol olvidado se estremece
en las sombras que vertieron el camino.
Una leve tempestad no es suficiente
en la escala que nos muestre haber sabido
que soñar y desear nunca es simiente
que ignore el mal sabor de lo vivido.
En la distancia ya las luces se oscurecen.
Queda el brillo de un amor que no ha perdido
el sabor de una vida que se enciende
aprendiendo el camino al infinito.
LEONARDO HENRRICY SANTIAGO
(Leo Henry)