¡Vete, vete de mi vera!
no vuelvas la mirada,
se acabó la primavera
que nuestras vidas, alegraba.
El otoño fue llegando.
Con el frío de tu desdén
se fueron marchitando,
las flores de mi edén.
Llegaste en el invierno
de mi vida deshojada
por el desamor eterno,
que la tenía postrada.
El fulgor de tu mirada
trajo calor a mi verano,
confieso, no esperaba.
más no llegó en vano
Llenó mi vida de alegrías,
volví a ser feliz, sin pensarlo
Dios escuchó mis plegarias
¡No puedo negarlo!
Hoy te pido que me dejes,
ya veré como te olvido.
A medida que te alejes
negaré ,el haberte conocido