“Testificando por mis testículos”
No en balde, amigos del pináculo,
busquen larga vistas o binóculos,
ni mucho menos monóculos,
y procuren mejor una lupa
para que escriban su currículo,
que, si notan en el crepúsculo,
como todo un espectáculo
oteando desde un montículo
en el horizonte sin obstáculos
un mayúsculo y rojizo círculo,
aprieten de sus posaderas
esos adiposos músculos,
peor si sufren de furúnculos,
se cumplen de las profecías
en sus vínculos y versículos,
pues según mis cálculos,
meditando en mi habitáculo
no valdrán amorosos ósculos,
ni cayados, apoyos o báculos,
prestos para un cenáculo,
de generalidades y artículos
más, hay la honrosa excepción
sin caer en venerables oráculos,
como dice el refrán vernáculo,
que del folclore es vehículo
y sin sensitivos tentáculos
sé que es negro el gordo cerdo,
pues de sus pilosos folículos
en mis manos tengo minúsculos
de muy oscuros corpúsculos,
y aunque parezca ridículo
de la regla inicial yo reculo
buscando en la selva tubérculos
con un muy indígena tapaculo
que deje a la luz los testículos.
Hermes Varillas Labrador
2101 10/02/2019