Carlos Gustavo Gerez

Pedaleo

Nos despertamos con los albores de un nuevo día,

Y salimos a pedalear,

Fuimos contemplando una cuidad dormida y silenciosa,

La costanera se hizo interminable,

Y nuestro andar es más perezoso, que nuestras palabras

Las aguas del rio dulce se desplazan peligrosamente,

Su caudal causa temor, parece como si fuese a llevarse

Todo a su paso,

Te mire por un instante, sugerí que bebieras agua,  ya que

Note el cansancio en tus ojos, pero jamás dijiste me canse,

Con mis palabras trate de desviar la situación

Quise que te concentraras en el paisaje,

Y, entre los dos buscamos en el horizonte

Al Cristo del parque Aguirre que nos marcaria el regreso,

Sin que lo supiéramos el sol fue haciendo su aparición

Nuestras sombras ya se reflejaban en la calle,

El viento es leve, imperceptible y poco colaborativo

Para nuestro primer día de pedaleo.

El cielo ausente de nubes nos priva de un poco de sombra

Que alivie nuestros cuerpos,

Los kilómetros paralelos al tiempo se fueron consumiendo

Y ya estamos solos en las calles,

La gente comienza su largo peregrinar a su quehaceres

 Tomamos la última curva para llegar a nuestra casa,

El objetivo está cumplido, y no hablo del pedaleo,

Hablo de poder hacer las cosas que nos gustan juntos.

Hermosa mañana, distinta, deseada y  añorada.

Mañana tal vez se repita, y seremos testigos

De un nuevo despertar de la ciudad.