Que me perdonen si me olvidé de decir buen día,
si hablé de más,
aquellos que en la madrugadas le toqué el timbre y salí corriendo,
a los idiotas, que les dije idiotas,
a los que les hice foul de atrás,
a todos los que les mentí por miedo,
por no decir que los extrañaba,
de los que me burlé,
a los que no entendí,
aquellos que no me puse en su lugar,
a los que les respondí con soberbia ,
cuando les dije que no tenía ideología,
a la luna que varias noches la ignoré,
por no llevarte una flor.
Que me perdonen,
por no poder prometer lo imposible,
por fingir malestar para no concurrir a un celebración,
por tomarme enserio estupideces,
por no probarme sus zapatos,
por mirar con diferentes cristales la misma causa,
por dejar hablar a mi orgullo y no al corazón,
pero si olvido o finjo no recordar de donde salí,
si niego sus calles, el barro, los amigos,
las vecinas baldeando,
el aroma de las sopas que llegaban hasta las veredas,
sus luces tristes,
podría justificarme que hay actos que se aprenden,
pero olvidar tu génesis,
merecería terminar en el lodo del olvido,
que los fantasmas de los días pasados,
me atormenten eternamente.
Que me perdonen por mi estupidez,
pero si niego la teta de mi barrio,
el barro de mis pies,
el rincón donde fui feliz,
que la indiferencia sea un leve castigo,
porque olvidar mi pasado,
es querer ocultar quien soy
Daniel Memmo