LeydisProse

EL LOCO DEL MURAL DEL CALZÓN

Él era un artista con un talento único..,

más que talento se puede catalogar como un vicio,

aunque en verdad no eran reliquias las que coleccionaba,

sino olvidos, recuerdos, artefactos de pasión

que él consideraba como las prendas más delicadas.

 

Las coleccionaba con entusiasmo

con cada beso, cada encuentro,

cada mujer que llegaba hasta su nido

por obligación tenía que dejar detrás un recuerdo,

o no le podía prometer una noche sin aliento

aquella mujer por esa noche era musa y como tal

su ropa interior era el arte decoraría su galería de lencería.

 

Ya en el barrio tenia mala fama y lo condecoraron como

‘El loco del mural del calzón’.

No le llamaban loco por haber perdido la razón

 – no se equivoque usted señor, que el artista

era en todo sentido muy cabal y con un intelecto sinigual.

No obstante, esa obsesión consumía todo su tiempo,

esa ofuscación con la ropa interior se convirtió en su único sustento.

Soñaba con husmear el pudor de una mujer en la textura de sus bragas,

cada fibra lo ayudaba a construir la vida de esa musa

con los vestigios que su aroma detrás dejaba.

A cada una de ellas termino por idolatrarla hasta que otra revelación le llevase

a una musa que contribuyera otra pieza a su mural de ardor.

 

No se declaraba como mujeriego, un perro machista o un patán,

sino como un coleccionista de clase, un arqueólogo con mala reputación,

cuya única misión era investigar los secretos que una mujer aguarda en su calzón.

¿Con que fin, diría usted? “Para educar con su trabajo aquellos pocos dotados”.

 

Importaba mucho la emoción que aquella reliquia le dejaban,

documentaba las peculiaridades que esa mujer desplegaba,

prescindió de publicar los nombres de sus inspiraciones o piezas,

prefería llamarlas por cómo lucia la luna la noche de esa conquista.

 

No le importaba el tamaño de aquella pieza o la ocasión donde ocurrió;

Si fue a escondidas, en el piso, en la plaza o detrás del mirador.

No se concernía si eran pantaletas de los años cincuenta

si eran tangas que favorecieran el paisaje de su dueña,

si era el pañal de una vaca seca o un bikini encajado poseído por Afrodita..,

ver su mural de pasión, el resplandor de metal en cada clavo que colgaba sus trofeos

- lo llenaba de propósito y satisfacción.

 

Un día lleno de orgullo y de brío decidió mostrar su exposición,

y compartir con el mundo el resultado de su investigación.

Su madre que orgullosamente ha llegado a celebrar con su hijo

como espectadora cada pieza detalladamente observó,

con amor a su brillante hijo se acercó, llena de emoción

y con lágrimas en los ojos a su prodigio la cara le abofeteo.

 

LeydisProse 
2/11/2019
https://m.facebook.com/LeydisProse//