La semilla de los vientos
que buscó a su bien amada
entonando con acentos
de murmullo desolada.
¡Oh! Tú semilla invisible
que la vida te acaricia
es el viento tan sensible
que contento beneficia.
Viento del cielo que vuela
en las nubes sin edades
bailando lenta zarzuela
entre varias tempestades.
Mejor desatar la furia
que buscarla con los manes
y estrellarse con penuria.
Mejor ser huracanes.
Muy a lo lejos todavía
una muy triste mirada.
Un rugir de sola agonía.
Una semilla apagada.