Cada noche me invaden recuerdos fucsia con sabor a lulo.
Cada noche la lámpara en mi recamara me reclama por las sombras que me hacen extrañarte.
Se me desvanecen las entrañas entre las dos y las tres de la madrugada.
Se me desvanecen los dedos por las caricias que hacen falta.
Y la boca... Por los besos que nunca fueron.