Yo soy un valeroso que navega
y que sabe gozar del buen paisaje,
y, estando decidido, en tu abordaje
afronto sin temor cualquier refriega.
Yo soy del mar un lobo que despliega
su pendón con intrépido coraje;
mas probé de tu encanto su brebaje
y caí por tu amor en esa brega.
Antaño me perdía por el oro,
y también me batía por la plata
a cañonazo limpio contra el moro.
Era del todo libre, era un pirata,
surcando el mar detrás de algún tesoro,
y ahora estoy sujeto por la pata.
Cambié el ron por la horchata;
así llevo mi vida de sosiego
mirando la ensenada y su trasiego.