Atravesaremos nuestras palabras de amor,
unida a la esperanza y al miedo, dos puñales,
como las primeras olas en calma de un día herido,
quizás nos recuerden lugares de una vida,
como sal, disuelta, hilo de agua más clara,
Quizás en estas tardes de ocio y tranquilidad,
Encuentres un pedazo de ti, donde caminas,
Con ese vestido de atardecer, con la mente,
hecha emoción, un sueño perdido,
mirar con la emoción, cada fruto, cada flor,
quizás tu sangre se detenga, quizás sea un torrente,
pero cuando lo que te rodea te acerque a ti mismo,
veras como naciste, el lugar de tu alma
la flor que se abre a tu paso, más silvestre…
más perfumada, más distante de todo…