\"sueña la noche y su silencio,
canta y canta la tierra y su guitarra\"
Neruda.
La noche y su boca fresca
nos invita a un trasplante nuevo,
sus muchos ojos resplandecen
como llamándonos,
guiños acaramelados
que se nos pegan a la ropa,
provocando deseos
o nostalgias,
y los pies los siguen,
aventurando ilusiones.
La noche se extiende
en una mesa bien servida;
nutritivos olores
desempolvan un pliego antiguo,
lleno de palabras descifrables,
invitación semántica
con mensajes infinitos,
y somos pasajeros de un cuento,
olfateando la cara
menos vista de la luna.
La noche abre las puertas,
entremezclando
las muchas voces
que la anuncian y la habitan,
emparejado los colores
con su tinta sin matices,
haciéndonos más parecidos
a la materia difusa
y circunstancial,
que alimenta las canciones.
Eduardo A Bello Martínez
Copyright 2019