Escribir no es cosa fácil, requiere conocimiento, requiere sentimiento, bajadas y subidas, tiempo perdido, ganas y motivos, para vivir en el proceso.
Escribir, consiste en probar cada cosa que te da la vida, en destrozarte por completo y sobre todo en saber, que no hay reglas, ni mucho menos pasos, para armarse bien.
Escribir, no es como la gente piensa, osea, no es solo sentarse a mirar el cielo, o cualquier vaina de esas, y ya: el escrito sale; no, ojalá solo fuera así.
Escribir, nace cuando quiere, tan rápido como llega, se va, por eso quizás casi nunca lo decimos todo, creo que esa es una forma muy peculiar de permitirnos a nosotros mismos, poder tener siempre algo más para decir.
Escribir, eso es de cada día, lo sabes tu, lo sé yo, y lo saben todos los analfabetas, estos últimos, me han demostrado que a veces, tiende a ser mejor escribirles a los demás con las cosas que hacemos, hacer de la gente que amamos, un lienzo permanente pa contar, mediante nuestros actos, lo mucho que nos importan, y lo importante que son para nuestra vida.
Por ultimo, quisiera resaltar a mi abuela, pues es a ella, a quien le debo el saber escribir, nunca ha tocado un lápiz, marcador o plumero, pero algo sí les aseguro, sabe algo que incluso muchos de mis amigos \"artistas\", aun no saben hacer: hablar con el corazón y escribir, sí escribir, pero esta vez sobre el papel más lindo y el que más vale: la vida de los demás.
Ahora bien, ella también me impulsó a tratar de escribir con palabras, unas que si bien tienden a quedarse cortas y muy difícilmente logran alcanzar al gran valor de las acciones, estas siempre estarán prestas a contar algo que aún no se ha visto en acción.
Por tanto, para mi escribir es la sumatoria de aquello que puedo contar y que aun no ha pasado y de todo aquello puede pasar a partir de mi acción. Trascender, esa es la palabra, ese el acto continuo de que bien escribe, se haga o no llamar artista.