¿Podríamos culpar a la puesta del sol?
por un amor nacido en el frío de un invierno lluvioso,
donde el sol decidió esconderse,
hablando en secreto a la luna en el oído,
haciéndola brillar y brillar indistintamente durante la noche,
distante a 150 millones de kilómetros de la tierra,
de pie y firme, pero flotando como olas perdidas en el mar,
¿Podríamos culpar a la puesta del sol?
por los sentimientos llevados fácilmente en la manga de la camisa,
donde el alma de los amantes es la protagonista,
destilando amor por todos los poros de la piel,
temporadas marcadas con fines desconocidos,
Marte haciendo el amor a Venus,
mejor aceptemos y amemos más allá de toda razón
** Claudelle Henet **