Abandonada a quedado aquélla casita vieja, guardando celosamente, el gran tesoro de todos los recuerdos; que hay en cada puerta, en cada ventana, en cada rincón y en cada pared.
El techo, se a derrumbado por la tristeza del abandono, las puertas y ventanas, se han deteriorado por la nostalgia del olvido, y las paredes, aún de pie, no ceden a el deslave de la soledad, esperando el regreso, de quienes un día se fueron.
Allí en cada cuarto, hay un recuerdo y una historia enterrada, bajo los escombros de aquel techo, que poco a poco, se han ido quedando en el olvido, por quienes en un pasado la escribierón.
No los culpes casita vieja, por haberte abandonado, y aunque tu los vistes nacer, los abrigastes del frio, y del peligro los resguardastes, mirandolos felizmente crecer; ellos se fuerón, buscando nuevos sueños que realizar; como todo hombre que emprende su camino, para forjar su propio destino.
Casita vieja, no te sientas triste, porque aunque te han abandonado, y algunos nunca podrán regresar, cada uno de los que en ti recuerdos dejaron, jamás te podran olvidar.
Siempre te recordaran con cariño, y te llevaran en su corazón, y aunque otra casa han construido te recordarán con mucho amor.