Manuelsp

Lo siento

 

 

Lo siento,

me tengo que morir

y aún no he acercado el perro a la ventana

para que pueda ver lo que hay de indiferente.

Porque como el verano

mi hogar está en un cuerpo que se escapó del frío,

se cubre de abedules,

y aguarda, miel de agosto, a que vuelva la infancia.

Lo siento,

cada rincón se viene con su almohada

a tumbarse a mi lado, entre un mar de botellas

sucumbidas, como siempre, por un aire huesudo.

 

Buscando en la belleza de las calles,

entre los edificios

que elevan sus alfiles sobre voces de plástico,

es verdad que parezco un extranjero.