Cada melancolía es elocuente
habla de su dolor y lo define,
lástima que a la larga se adivine
grande desequilibrio entre la mente.
Nunca la percibimos como fuente
laxa por una lágrima que afine,
todo lo que en la calma se imagine
siempre es desilusión indiferente.
Calma que enhorabuena es estandarte,
deja entre los jardines los tesoros:
frescas inflorescencias para darte,
pongo entre tus pupilas y mis poros
gotas de mis tristezas, por amarte
rueden sobre mi piel cual meteoros.