Pablo Diaz

Ojos largos

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Hurgando en los designios del futuro asombrados divisan, mis ojos y sus pupilas, momentos de angustias, de días sin fin.

 

Se empinaron, ellos, observando que del cielo llovía fuego que al viento quemaba y que los mares hervían cocinando a los peces en sus entrañas.

 

Divisaron, mis fanales, que la tierra, temblando de dolor, se abría… bebiéndose las aguas hirvientes de los mares  y que entre las fisuras transitaba hacia  el fuego que bajaba desde el cielo.

 

Y cuando, al fin, pudieron balancearse en mi semblante yo logré meditar muy asustado… pidiéndole a dios que  mis ojos hayan errado, que mis pupilas estuvieran dilatadas y que esto jamás llegue a suceder.

 

PABEDIZ