Al mirar la elección de presidentes,
diputados y oscuros congresistas
que apoyan asesinos en sus listas
de manera abusiva y repelente,
no hay que ser ni siquiera pesimista
para ver lo podrido y lo indecente;
bastan los comentarios de la gente
que posa de informada y optimista.
Protegen desde arriba malhechores
que siembran el terror en las montañas
de grandes fincas y pequeños huertos
donde habitan humildes labradores
propietarios de rústicas cabañas
levantadas con sangre de sus muertos.