(…4)
Ahora estoy entre mis cosas y les hago un cambio personal, en este espacio de verde plomo cuando junto mis dos manos: surcos de tierra estéril, los hago para conocerlos, para sentir que desde adentro hay un rojo intenso de inconcebible espejismo girando alrededor de este sentido común, donde todos los fríos se encogen, todos los fríos humean alrededor de mi sombra, alrededor de mis manos, aquí tomo el nombre de líquido spray a dos grados sobre cero, sus antiquísimos colores fríos han llenado de celulitis con su maquillaje de lesbiana dando la apariencia de absoluto respeto-como si de veras-. como si después del siglo veinte ejercieran el mismo poder en todas mis cosas , de todas esas cosas que yo escribo, para despreciarse a sí mismo -para despreciarme a mí mismo- y luego fumarme un cigarrillo y sentarme con la gente humillada con esta alabanza hecha estrofa, hecho poema para leer a la hija bastarda prostituyéndose en las líneas de un verso, -con este verso- para que coincida el nombre y sea respetado aunque tenga la risotada del periodista echándole mierda a lo que leo, a lo que digo.
[Aunque podría poner tu nombre entre mis cosas, tu historia y tu leyenda como el encabezado de falso cómico literato…]
¿Quién podará el fondo del jardín de hierba seca y pastizales en esa gran limadura de tierra y mar donde continuamente caen meteoritos de un país invisible inclinado cerca de mis sueños? en esta casa llena de raíces de enormes montañas y de insectos vírgenes, en su gran multitud de niebla y de excitaciones químicas.
Existen posibilidades de que el tronco común tenga coordenadas del universo y tenga conclusiones del mapa interno en el que estoy perdido por accidente, si, voy perdido, flotando en la madera seca de una composición poética, respirando en mi sueño de lupa, de espasmos y sacrilegios, para sentir a mi lado los antiguos suelos de otras lluvias, de otras sequías y pueda abrir la puerta del periodo más cercano a este cambio personal sin hablar de /Hiroshima/.
[Mi presencia como sacrificio sangriento del hombre brutal, ve nacer a su hijo de este Yo impreciso, viniendo de entre los muertos y su maldita balada junto a sus manos aunque tengan frío…]
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
10:5913022019