Por Alberto JIMÉNEZ URE
La conocí el Año 1997
Cuando, dirigiéndome hacia la clínica
Donde nació mi hija Venus Kelly,
Varias promotoras de marcas
Me detuvieron frente a una licorería.
-«Ya está en venta la Brahma, amigo»
-me decían las preciosas, extendiéndome
Una lata de esa cerveza bien fría» […]
-«Probaré sólo una –les advertí-.
Debo presenciar el nacimiento de mi bebé:
Le practicarán la cesárea a mi pareja […]»
Llegué al centro médico
E introduje una [obsequiada] caja
De brahmas en la nevera de la habitación.
En la nevera de la habitación.
Comencé a libar antes de mirar,
En el «quirófano», la fantástica
Irrupción de quien mi «ADN» lleva.
Celebré el nacimiento simultáneo
De ambas, sin emborracharme:
Pero, hoy no las tengo cerca.
Para materializar sus anhelos,
Mi hija tuvo que exiliarse:
A causa de la contracultura socialista,
La empresa de la Divinidad Hinduista
Cerró sus puertas en la que fue mi república.
Allá, aquí, en varios sitios,
Los idiotas se divierten prohibiéndonos
Celebrar que escribimos y respiramos:
Empero, cada instante, mi imaginación
Me traslada hacia ese mundo que nadie
Puede desaparecer mediante atrocidades políticas.