Un niño lo hace cualquiera,
¡un niño qué maravilla!
es la cosa más sencilla
pues se engendra en la pernera.
Si germina en primavera
es posible al fin de otoño
que aparezca ese retoño
y poderlo disfrutar,
y de tanto oír llorar
que termines hasta el moño.
Pues los niños son muy guapos,
son aviesos y alevines,
te despiertan en maitines
y se ensucian como sapos.
Si les das unos sopapos,
siempre si se portan mal,
llega allí el municipal
acusando de maltratos,
a la infancia desacatos
y a tildarte de animal.
Yo propongo en el futuro
que ya nazcan bien formados,
listos, limpios y educados,
que el cuidar no se haga duro.
Y a los padres en apuro
que los hagan sin costuras
y al venir no anden a oscuras,
que cambiarles de pañales
lo hagan los municipales
y si no que sean los curas.
©donaciano bueno
(... y sus poemas de medio pelo)
http://www.donacianobueno.com/