Quise recordarte,
recordándome.
No es otoño
y aquí me ves deshojándome
de incertidumbres,
de rumbos y de horas
pestañeando ilusiones grandes
y miedos pequeños,
haciendo surcos
en la tierra
para enterrar estas ganas
que me invita a escribirte.
Quizá por deambular
sin tu voz escrita
quizá por extrañarte
y con el sabor a ti
hasta esta tarde,
no se hizo tan tarde.