No sé que fue primero, si la amistad o el amor, lo único que sé es que los dos llegaron para quedarse.
Se quedaron en los versos, en las canciones, en la risa, en el calor de un abrazo y hasta en el olor del café.
Se quedaron fundidos como tu y yo, a pesar de todo, a pesar del dolor, la distancia y las piedras en el camino.
Se quedaron porque existen almas que son una, que tienen corazones que laten acompasados aunque estén lejos.
Siempre hay que dar gracias a la vida por encontrar en una sola alma tanta felicidad.