Un hijo no es una alcancía
en la que ahorras risas,
en cual festejas días
en el cual esperas brisas.
A un hijo no se compra en un día
sino se cosecha diariamente,
no se le vende en dinero
sino lo ganas con esmero.
A un hijo no le puedes mentir
comprándole piñatas y comidas caras
ni mucho menos le debes influir
que espere un año para tener que reír.
Porque el hijo no es algo
que tu has ganado,
sino el cuidado de nueve meses
que te dio lo mas sagrado.
Por eso no descuides
lo que hoy puedes construir,
que con amor se edifican grandes
y nunca el tiempo lo puedes destruir.
-Juan Antonio Ayala H.-