Respondiste al llamado sin saber lo que hallarías
En tu corazón sólo ardía el anhelo de servir a tu Señor.
Y Él te fue llevando por senderos novedosos
En los que pondrías no sólo tus talentos, sino el mismo corazón.
Caminante con sandalias solamente por calzado
Sin otro par que reponga las que el camino gastará
Su Palabra y enseñanzas, tu bandera siempre al frente
Enarbolaste confiado e ilusionado a la vez.
Hoy te envía de nuevo, la encomienda de otro pueblo
Y presuroso respondes: “Aquí estoy Señor”
Mensajero itinerante continúa tu camino
Tu equipaje es la certeza de que Él contigo va.