Qué pensarás de mí
cuando comprendas
un solo pensamiento
de los que no hube dicho.
Me lo pregunto hoy
porque están
la carne y el cuchillo bien mezclados
entre la narrativa de los sentimientos,
en este contraluz de intimidad
en el que yo ya nunca soy yo mismo,
al tiempo que invadir es inmediato
y un fondo de quietudes
conserva la insistencia
del cuerpo que las mata.
Pero al verter del hacha en la memoria,
cuando caballo y alas sean tus mensajeros
quisiera que estas ramas de paisaje
tuviesen la grandeza
del silencio magnífico.