Armando Cano

La Tortura de la Esperanza.

 

Sabes que te deseo
y callas
respondiendo con desdén
cuando por tu amor ruego.

Humillas mis emociones
desde el fondo de tu alma.
Eres indiferente, fría,
veleidosa, lejana, vaga.

Y te niegas toda,
atormentándome sin tus muslos,
sin lo tibio de tu lecho,
sin tus labios, sin tus pechos,
y el aroma de tu pelo.

Prácticas hábilmente
en lo más profundo de tu corazón
con mis ansias, con mis ojos
La Tortura de la Esperanza

Digna discípula del Gran Inquisidor,
Pedro Arbuez D´Espila te considero,
al elegir por profesión
esa forma de tormento.


© Armando Cano