Dos copas de vino:
la mía media llena,
la tuya media vacía
Te vi a mil millas
vi un espejo
que reflejaba mi yo perfecto
tu imperfección,
mi perfección;
la minúscula emoción
de a sabiendas verme
en ti.
Te vi a mil metros
vi mesías derrotados,
catedrales encendidas,
ángeles caídos,
demonios ascendidos,
flores de pantano,
diluvios en desiertos.
Un alma en rompecabezas:
dos veces humana,
soberbia diosa del bosque.
Te vi a cien pies
labios de hielo ,
gestos mortecinos,
cuna de pecados perdonables
El frío se apoderó
y
con mi propio calor de soliloquios
me hice un inservible abrigo
Toqué tus glaciares,
aquel rompecabezas sin piezas,
dos veces diosa
humana y mujer.
De repente te vi a veinte pulgadas,
creo que cerca
¡cerré mis ojos y aún más cerca!
Cálido caldo
Cantos de cetáceos
Mares diminutos
Volcanes de verdades,
ocultos en la frondosa jungla
formada por tu miedo y tu coraje.
Abrí los ojos y volví al frío,
al rompecabezas sin piezas,
a danzar en los glaciares.
Dos copas de vino:
la tuya media llena,
la mía media vacía.